lunes, 8 de diciembre de 2014

Reporte 3

Los rasgos del lenguaje
Los rasgos del lenguaje incluyen características que nos permiten entender un poco más acerca de las lenguas del mundo. Los cinco rasgos del lenguaje que se tomarán en cuenta para este reporte son: arbitrariedad del lenguaje, elementos discretos, doble estructuración, productividad, gramaticalidad y universales.
La arbitrariedad del lenguaje se entiende como la ausencia de una ley natural que indique lo que es correcto llamar a uno u otro objeto, es decir, que dependiendo del idioma, cada cultura estableció de forma autónoma cómo nombrar los verbos, sustantivos, adjetivos, etc. Esto significa que las onomatopeyas, la estructura gramatical, el funcionamiento sintáctico, y el orden de las palabras no tiene una regla universal, sino más bien cada lengua establece las palabras que utiliza, su orden y función.
El segundo rasgo de la lengua es la utilización de elementos discretos. Esto significa utilizar las palabras que son parte de nuestro vocabulario diario; es la formación de distintas palabras con diversas raíces y afijos. Un ejemplo puede ser el prefijo re- con el verbo o raíz “vivir”, dándonos como resultado la palabra “revivir”. La primera organización consta de la organización de la raíz con los afijos ya que si en lugar del prefijo” re-“utilizo el prefijo “im”- crearía la palabra “imvivir”, la cual no existe. Si utilizamos el mismo prefijo “re-“ con otra raíz como “activar”, creamos una nueva palabra existente que es “reactivar” y cuyo significado es diferente a “revivir” a pesar de que utilizan el mismo prefijo. 

El tercer rasgo es la doble organización de la estructura de la lengua. Esto significa que existen dos tipos de estructuración en la lengua. La primera es la combinación de raíces con afijos y la segunda es la extensa combinación de palabras para formar diferentes oraciones.

Esto no lleva al cuarto rasgo de la lengua el cual es la productividad. La productividad es la habilidad de ordenar las palabras a nuestro gusto. Lo importante de la productividad es que con un número finito de unidades podemos crear un número infinito de mensajes. A continuación se muestran algunos ejemplos:

Mi mamá se comió mi pastel.
Ella se ingirió mi pastel.
El pastel fue comido por mi mamá.
Mi madre consumió el pastel que había en el refrigerador.
Mi mamá me robó mi pastel.

Esto nos lleva al quinto rasgo de la lengua que es la gramaticalidad. La gramaticalidad son las reglas que nos permiten o impiden ciertas construcciones de palabras para formar oraciones. Las personas con cualquier lengua materna saben reconocer de forma inmediata las transgresiones gramaticales. Éstas sirven para regular la estructura de las lenguas con el fin de tener una norma que todos puedan seguir.

El último rasgo de la lengua son las leyes universales. Éstas buscan rasgos estructurales compartidos como bien dice su nombre por todas las lenguas. Ya que es bastante difícil crear universalidades de este tipo, pueden optar por conformarse con “tendencias tipológicas” que en vez de incluir a “todas” las lenguas incluyen a “la mayoría de las lenguas”.

Por último, se define al genio de la lengua como el “espíritu de la lengua” o la preferencia secreta a la que se presta atención. E el patrón fonológico léxico y gramatical, también conocida como la “identidad lingüística particular”.





Referencias
López, J. y Minett, J. 1997. Manual de traducción inglés-castellano: Teoría y práctica. Editorial Gedisa.

Luis, R. C. 2008. Lo arbirario del lenguaje y el lugar de la cultura. Extraído el 2 septiembre de 2014 desde < http://www.scielo.br/pdf/pp/v19n1/a19v19n1.pdf >

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