Los rasgos del lenguaje
Los
rasgos del lenguaje incluyen características que nos permiten entender un poco
más acerca de las lenguas del mundo. Los cinco rasgos del lenguaje que se
tomarán en cuenta para este reporte son: arbitrariedad del lenguaje, elementos
discretos, doble estructuración, productividad, gramaticalidad y universales.
La
arbitrariedad del lenguaje se entiende como la ausencia de una ley natural que
indique lo que es correcto llamar a uno u otro objeto, es decir, que
dependiendo del idioma, cada cultura estableció de forma autónoma cómo nombrar
los verbos, sustantivos, adjetivos, etc. Esto significa que las onomatopeyas,
la estructura gramatical, el funcionamiento sintáctico, y el orden de las
palabras no tiene una regla universal, sino más bien cada lengua establece las
palabras que utiliza, su orden y función.
El segundo rasgo de la lengua es la
utilización de elementos discretos. Esto significa utilizar las palabras que
son parte de nuestro vocabulario diario; es la formación de distintas palabras
con diversas raíces y afijos. Un ejemplo puede ser el prefijo re- con el verbo
o raíz “vivir”, dándonos como resultado la palabra “revivir”. La primera
organización consta de la organización de la raíz con los afijos ya que si en
lugar del prefijo” re-“utilizo el prefijo “im”- crearía la palabra “imvivir”,
la cual no existe. Si utilizamos el mismo prefijo “re-“ con otra raíz como
“activar”, creamos una nueva palabra existente que es “reactivar” y cuyo significado
es diferente a “revivir” a pesar de que utilizan el mismo prefijo.
El tercer rasgo es la doble organización
de la estructura de la lengua. Esto significa que existen dos tipos de
estructuración en la lengua. La primera es la combinación de raíces con afijos
y la segunda es la extensa combinación de palabras para formar diferentes
oraciones.
Esto no lleva al cuarto rasgo de la
lengua el cual es la productividad. La productividad es la habilidad de ordenar
las palabras a nuestro gusto. Lo importante de la productividad es que con un
número finito de unidades podemos crear un número infinito de mensajes. A
continuación se muestran algunos ejemplos:
Mi
mamá se comió mi pastel.
Ella
se ingirió mi pastel.
El
pastel fue comido por mi mamá.
Mi
madre consumió el pastel que había en el refrigerador.
Mi
mamá me robó mi pastel.
Esto nos lleva al quinto rasgo de la
lengua que es la gramaticalidad. La gramaticalidad son las reglas que nos
permiten o impiden ciertas construcciones de palabras para formar oraciones.
Las personas con cualquier lengua materna saben reconocer de forma inmediata
las transgresiones gramaticales. Éstas sirven para regular la estructura de las
lenguas con el fin de tener una norma que todos puedan seguir.
El último rasgo de la lengua son las
leyes universales. Éstas buscan rasgos estructurales compartidos como bien dice
su nombre por todas las lenguas. Ya que es bastante difícil crear
universalidades de este tipo, pueden optar por conformarse con “tendencias
tipológicas” que en vez de incluir a “todas” las lenguas incluyen a “la mayoría
de las lenguas”.
Por último, se define al genio de la
lengua como el “espíritu de la lengua” o la preferencia secreta a la que se
presta atención. E el patrón fonológico léxico y gramatical, también conocida
como la “identidad lingüística particular”.
Referencias
López, J. y Minett, J. 1997. Manual de traducción inglés-castellano:
Teoría y práctica. Editorial Gedisa.
Luis, R. C. 2008. Lo arbirario del lenguaje y el lugar de la cultura. Extraído el 2
septiembre de 2014 desde < http://www.scielo.br/pdf/pp/v19n1/a19v19n1.pdf >
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